Colombia atraviesa un cambio demográfico sin precedentes. Por primera vez en la historia del país, el número de nacimientos cayó por debajo de los 500.000 en un año. Así lo reveló el más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que refleja una disminución sostenida en la tasa de natalidad durante la última década.
Según el informe, en 2024 se registraron 498.762 nacimientos, cifra que marca un nuevo récord a la baja y confirma una tendencia que comenzó a consolidarse a partir de 2015. A esto se suma otro dato revelador: solo el 16% de las mujeres entre 15 y 49 años manifiesta un deseo activo de tener hijos, lo que apunta a un profundo cambio cultural respecto a la maternidad y la familia.
Cambios sociales y nuevas prioridades
Expertos atribuyen este fenómeno a varios factores. Por un lado, el acceso a la educación superior, el ingreso de más mujeres al mercado laboral y una mayor conciencia sobre la planificación familiar han modificado las decisiones reproductivas. Por otro, el costo de vida, la inseguridad social y la incertidumbre económica también están influyendo en que muchas parejas pospongan o incluso renuncien a la idea de tener hijos.
“Lo que estamos viendo no es solo una caída en los nacimientos, sino una transformación en el modelo de vida. La maternidad ya no es vista como una obligación social, sino como una elección personal, pensada con más autonomía”, explicó María Isabel Díaz, socióloga experta en estudios de familia.
El papel de la educación sexual
Otra variable clave es la implementación de políticas públicas en educación sexual y derechos reproductivos, que han permitido reducir los embarazos no deseados, especialmente en adolescentes. Programas impulsados por el Ministerio de Salud y entidades regionales han promovido el uso de anticonceptivos y el acceso gratuito a servicios de salud sexual y reproductiva.
“La caída en la natalidad no debe verse únicamente como un problema, sino como una muestra de que muchas mujeres tienen hoy más herramientas para decidir sobre sus cuerpos y sus vidas”, señaló Díaz.
Implicaciones a largo plazo
Pese a las lecturas positivas, esta tendencia también presenta retos importantes a futuro. Una población que envejece más rápido puede afectar la sostenibilidad de los sistemas de salud y pensiones, así como la estructura del mercado laboral.
El Gobierno, por su parte, ha manifestado que está monitoreando la situación y diseñando políticas de incentivo para quienes deseen tener hijos, sin comprometer los avances en derechos reproductivos. “Tenemos que encontrar un equilibrio entre libertad individual y sostenibilidad social”, afirmó en rueda de prensa la ministra de Salud, Claudia Rojas.